Contratar un seguro de protección de pagos puede aportarnos una solución en situaciones como puede ser la pérdida de empleo y la obligación de seguir pagando la hipoteca, o en el caso de un autónomo, puede ayudarle a afrontar sus deudas si no puede trabajar por causa de un accidente.
Por tanto estamos ante un producto que puede resultar de mucha utilidad como complemento a otros productos financieros, más aún en la situación económica actual que vive nuestro país, donde el trabajador está expuesto fácilmente a un empeoramiento de sus condiciones laborales en cualquier momento.
¿Qué es un seguro de protección de pagos?
Para hacer frente a los imprevistos que puedan surgir en la economía doméstica de cualquier familia, muchas de las compañías aseguradoras ofrecen un seguro de protección de pagos para ayudar a sus clientes en momentos económicos complicados.
Suelen estar ligados a la firma de un préstamo hipotecario o personal, aunque también se pueden contratar de forma independiente. Existen seguros como el de asistencia familiar de Expertia que incluyen una cobertura de protección de pagos. Esta cobertura de protección de pagos garantiza al asegurado de Expertia Familiar el pago de los recibos de la prima del seguro, bajo las condiciones definidas y pactadas en el contrato.
Por lo tanto, podemos encontrar en el mercado actual varias compañías aseguradoras o entidades bancarias que ofrecen el pago de los plazos de un préstamo en situaciones difíciles, como la pérdida de ingresos, en el caso de incapacidad temporal por enfermedad o accidente, o de desempleo (por un despido improcedente, por ejemplo), aunque cada compañía aseguradora tiene sus propios requisitos para conceder este seguro y diferentes tipos de coberturas. El principal objetivo de este tipo de productos es poder ofrecer tranquilidad a sus clientes en el tema de los pagos.
La protección de pagos suelen ir asociada a entidades bancarias con préstamos hipotecarios, el plazo y la cuantía a pagar también varían según la entidad y el préstamo al que vaya asociado el producto, pudiendo tratarse de una prima única inicial o de un pago mensual que, generalmente, se suma al plazo del préstamo firmado con la entidad. En todos los casos, debemos solicitar a la entidad para que nos ofrezca unas cuotas asequibles, de manera que el coste sea mínimo.
¿Quién puede solicitar este seguro?
Trabajadores por cuenta ajena, autónomos y funcionarios son el tipo de cliente que más puede sentirse beneficiado por este tipo de productos financieros. Para cada colectivo se suelen establecer unas coberturas específicas y unos requisitos, como por ejemplo tener un contrato indefinido para una cobertura por desempleo, o una declaración de buena salud para una cobertura por incapacidad temporal, incapacidad absoluta o de fallecimiento.
¿Qué supuestos no cubren los seguros?
Cada contrato en cada compañía aseguradora tiene sus propias cláusulas que es muy recomendable leer antes de firmar, pero a modo informativo, los supuestos más usuales que no están cubiertos por el seguro de protección de pagos suelen ser la baja por maternidad, los siniestros sufridos antes de la firma del seguro, las lesiones provocadas voluntariamente o la rescisión del contrato por parte del trabajador.
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