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ahorrar en el coche

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Cada vez son más personas las que se plantean prescindir de coche particular. La gente que vive en grandes ciudades conoce en sus propias carnes la odisea que supone soportar los atascos, encontrar hueco para aparcar o tener que pagar por un parking o por estacionar en una zona azul. Ante todos estos inconvenientes, procederemos a analizar si realmente resulta rentable disponer de coche privado hoy en día.

¿Qué costes supone?
En primer lugar, tenemos que considerar una serie de factores a la hora de seleccionar nuestro medio de transporte habitual. Uno de ellos es el coste fijo que supone tener un coche privado. Al precio de compra hay que sumarle la obligatoriedad de tener un seguro en regla. También hay que tener en cuenta las diferentes tasas que se aplican por tener un vehículo en propiedad y las revisiones periódicas. Tenemos que tener claro que pasar la ITV nos puede salir por una media de 60 euros anuales, si disponemos de un turismo y dependiendo de cada comunidad autónoma. En caso de poseer furgonetas o vehículos mixtos tendremos que pasar la ITV cada seis meses.

Tampoco debemos olvidarnos de los costes variables. Un coche necesita combustible, mantenimiento y puesta a punto. También es muy importante tener los neumáticos en perfectas condiciones, así como todos los sistemas de seguridad activa y pasiva. Por tanto, quieras o no quieras, tu coche tendrá que acabar pasando por el taller.

¿Diésel?, ¿gasolina?, ¿por qué no eléctrico?
El eterno debate entre los aficionados a los coches. Se cuentan por miles los fanáticos de los motores de gasolina. En cambio, las redes comerciales de transporte por carretera suelen utilizar el gasóleo debido a su mayor rendimiento en cuanto a consumo. Pero el petróleo es un combustible no renovable y una de las principales causas de la emisión de gases a la atmósfera. Por ello, la industria automovilística está volcando sus esfuerzos en los motores híbridos o eléctricos. Los avances en este aspecto han sido notables y las prestaciones de los coches eléctricos se están equiparando a las de los coches convencionales. ¿Te imaginas tener la gasolinera en un enchufe de tu casa?

¿Cómo utilizas tu medio de transporte?
Otra cuestión a valorar es el uso que le das a tu medio de transporte y en qué entorno te mueves. Si tienes que realizar viajes de distancias medias o largas con frecuencia, también has de tener en cuenta usar el transporte público. Por desgracia, las redes de transporte público muchas veces están limitadas a horarios y frecuencias. Si, por ejemplo, tienes que entrar al trabajo a las siete de la mañana y el primer autobús pasa a las ocho, quizá sí que tengas motivos para comprarte un coche.

En España, la densidad de población y la manera en que se han desarrollado los pueblos y las ciudades es muy diversa. No es lo mismo viajar en Madrid y cercanías, donde tienes numerosas opciones para elegir (tren, metro, autobús, taxi), que en un pueblo perdido de los Pirineos, donde el coche o el todoterreno se hacen imprescindibles.

¿Con qué frecuencia?
Piensa en tus necesidades cotidianas. ¿Te desplazas a menudo u ocasionalmente? Este es otro de los factores a valorar cuando nos estamos planteando comprarnos un coche. Si el uso que le vas a dar va a ser esporádico, quizá debas alquilar un vehículo cuando lo necesites o plantearte la siguiente pregunta:

¿Has pensado en compartir coche?
Una de las alternativas de transporte que está ganando enteros es el uso de aplicaciones como BlaBlaCar o Amovens. Estas plataformas digitales permiten a los usuarios compartir viaje y costes o, incluso, alquilar un coche.

Esta revolución en el mundo de los medios de transporte ha ocasionado más de un conflicto. El intento de desembarco en España de Uber, otra empresa dedicada a compartir transporte privado, generó las protestas del sector del taxi, acusando a la compañía de piratería y competencia desleal.

En definitiva, piénsatelo bien cuando consideres comprarte un coche. Haz una comparativa de las ventajas e inconvenientes que te supondría. Está claro que la independencia que proporciona un coche particular es muy apetecible; pero también existen opciones de transporte divertidas y saludables, como la bicicleta.

 

A la hora de comparar un coche de segunda mano, usado o de ocasión, es conveniente considerar una serie de cuestiones previas. La primera pregunta que nos solemos hacer es ¿en qué hay que fijarse al comprar un coche usado? Debido a los tiempos de crisis que estamos viviendo han hecho que los compradores se vuelquen en el mercado del vehículo usado, ya que los precios han bajado considerablemente. Las cifras lo demuestras, el pasado año las ventas de coches de segunda mano se duplicó ampliamente a la de automóviles nuevos. Pero hay que tener en cuenta que comprar de ocasión tiene sus riesgos. La primera medida a tomar es tomárselo con calma, no precipitarse y dedicar al proceso el tiempo necesario para informarse, comparar y elegir correctamente.

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Estos son los principales aspectos que debes tener en cuenta antes de adquirir un vehículo usado:
Verificar la tasación del vehículo:
su precio debe estar acorde con lo establecido por los baremos establecidos. Actualmente existen guías y listas de precios impresos y en Internet donde cada modelo y versión están tasados según sus características, antigüedad y kilometraje.

¿Comprar a un particular o a un concesionario?: una de las preguntas habituales es si es mejor acudir a una empresa especializada o directamente a un particular. En este último caso podemos hacer unas búsquedas en internet para encontrar numerosas opciones. Los concesionarios suman un margen para hacer negocio, que supone un pico extra sobre la cantidad que suele fijar un particular. Desde este punto de vista, parece mejor recurrir a la venta directa.

Inspeccionar de forma minuciosa el vehículo: debemos revisar desde el aspecto exterior hasta la tornillería del motor, pasando por el interior o los bajos del vehículo, todos los detalles nos pueden dar indicios sobre el mantenimiento que ha tenido y el estado actual del automóvil. Procure hacerlo de día, con buena luz, los defectos de chapa, pintura, neumáticos o interiores serán más visibles. Niveles de aceite y refrigerante o correcto funcionamiento del aire acondicionado darán buenas pistas sobre un correcto mantenimiento.

Es importante conocer la vida del coche usado: siempre puede resultar más interesante que el vendedor sea un conocido, ya que le costará menos admitir posibles defectos que tenga el vehículo. Si no, es más complicado obtener una información fiable. En cualquier caso, hay que ser inquisitivo y preguntar todo, absolutamente todo.

Conocer el fraude de los kilómetros: según un informe del RACC (Real Automóvil Club de Cataluña), al 12% de los coches del mercado de segunda mano se les ha manipulado el cuentakilómetros, cifra que aumenta hasta el 30% cuando se trata de vehículos importados. Si tenemos en cuenta estos datos debemos tener cuidado porque existe una alta probabilidad de que nos engañen.

No compre sin probarlo: insista al vendedor probarlo sobre un recorrido variado que incluya ciudad y carretera, donde pueda verificar el funcionamiento del motor y el estado de cambio, frenos, amortiguadores, etc.

 

El gasto que produce un coche no es sólo en su mantenimiento, su puesta a punto, los impuestos, sino que lo más importante es la energía que consume para circular, es decir, el carburante. Además cada vez resulta más caro el combustible.
Por eso el conducir de una manera eficiente puede ayudarnos a no consumir más combustible del necesario y además también a reducir la contaminación ambiental y disminuir los riesgos en la carretera.

Si hay dos palabras que definen la conducción ecológica son «economía y ecología». Gracias a una serie de reglas y recomendaciones podemos reducir el consumo de carburante hasta en un 15%, además de conseguir una disminución de la contaminación ambiental, y reducir también las emisiones de CO2 a la atmósfera.

 

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Ahora bien para poder lograr una conducción eficiente debes seguir una serie de pautas y consejos:
Utilizar el transporte público siempre que se pueda:
si el trayecto que vas a realizar es corto y dentro de la misma ciudad, siempre puedes optar por coger el transporte público.

Evitar que el coche vaya con un solo ocupante: en la medida de lo posible en las salidas tanto de ocio como para desplazarse al lugar de trabajo es conveniente organizarse con los amigos y compartir del coche.
Arrancar el motor sin pisar el acelerador: si tu coche es de gasolina, se recomienda iniciar la marcha inmediatamente después del arranque. Si es diesel, esperar unos segundos antes de ponerte en marcha.
Elegir la marcha más adecuada para circular: si eliges la marcha adecuada en cada momento puedes ahorrar hasta el 15% del combustible.

Usar una velocidad de circulación adecuada: es recomendable mantener un ritmo uniforme, evita los frenazos, acelerones y cambios de marcha bruscos.
Realizar una deceleración correctamente: Para ello levanta el pie del acelerador y deja que avance el coche con la marcha que lleves  en ese instante. Frena de forma suave y reduce de marcha lo más tarde posible.
Vigilar el peso que llevamos en el vehículo: está comprobado que si se viaja con el maletero del coche cargado, el consumo se dispara un 39% a 120 km/h. Y el uso de la baca (vacía o no) aumenta el consumo del carburante entre un 2 y un 35%.

Tener en cuenta la aerodinámica: los accesorios exteriores aumentan la resistencia del vehículo al aire y por lo tanto incrementan el consumo de carburante. Por ello, no es recomendable transportar objetos en el exterior del vehículo a no ser que sea estrictamente necesario.
Cerrar las ventanillas: circular con las ventanillas bajadas a más de 100 km/h incrementa el gasto en un 10%. Es por eso que en la medida de los posible es recomendable llevar las ventanillas cerradas.

Controlar el estado de los neumáticos: debemos controlar la presión de los neumáticos, ya que si se circula con una presión de 0,3 bares inferior a la recomendada por los fabricantes, el consumo puede aumentar un 3%.
Revisar el estado general del vehículo: es muy importante realizar de vez en cuando una revisión del estado general del vehículo, que este influye mucho en el gasto de carburante. Un motor mal reglado puede incrementar el consumo en un 9%.