Con la llegada de las altas temperaturas en verano, es cuando somos realmente conscientes de que es necesario un buen aislamiento de nuestro hogar.
Las temperaturas extremas del verano ponen nuestras viviendas y a nuestra paciencia a prueba, ya que dormir bien y conciliar el sueño resulta fundamental y algunas noches las altas temperaturas nos lo pueden poner bastante difícil.
Normalmente la gente trata de mantener frescas las casas, ya que cuando el sol cae directamente sobre tu casa puede subir la temperatura interior significativamente.
Por lo general, esto se resuelve encendiendo el acondicionador de aire, lo que resulta en facturas de energía altas y daños para el ambiente.
El tener un buen aislamiento en el hogar contra el calor es importante por dos motivos, no solo para que el hogar no se convierta en un horno, sino para que la factura eléctrica no se dispara con el aire acondicionado.
Por eso debemos tener en cuenta que existen otras formas en las que se puede proteger tu casa del calor del sol, bajar las cuentas de energía y ayudar a proteger el medio ambiente.
Seguir una serie de pautas nos pueden ayudar a tener nuestra casa bien aislada del calor y reducir la factura eléctrica:
Instalación de doble acristalamiento: ventanas, vidrios y cierres conviene instalar ventanas con doble acristalamiento, ya que las ventanas son la parte del edificio donde se registran más pérdidas energéticas. Por eso el doble acristalamiento será un buen aliado para el confort térmico de la vivienda en verano.
Mejorar el aislamiento en paredes y techos: tener un buen aislamiento en paredes y techo puede llegar a reducir más de un 30% los gastos en refrigeración.
Decorar para el verano: los colores de las paredes o de los muebles, pueden influir mucho en la sensación térmica de una vivienda. Además si tienes alfombras, es recomendable retirarlas en verano.
Ventilar la casa: hay que ventilar la casa por las mañanas y por las noches, cuando bajan las temperaturas. También es recomendable ventilar durante el día si tu vivienda, que básicamente consiste en la ventilación natural de la casa generando corrientes naturales al abrir al mismo tiempo ventanas opuestas.
Mantener el aire acondicionado en torno a los 26ºC: el uso adecuado del aire acondicionado puede acarrear un ahorro de hasta el 30% en la factura eléctrica.
Minimizar el uso de luces y electrodomésticos: dejar que la luz se cuele lo suficiente por las rendijas de las persianas cuando se cierren en las horas de más calor.