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Cómo disfrutar de las vacaciones sin que tus deudas vuelen sin control

Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, se define deuda como “Obligación que alguien tiene de pagar, satisfacer o reintegrar a otra persona algo, por lo común dinero.” Las deudas pueden ser un lastre en nuestra economía familiar. Tenemos que evitar a toda costa endeudarnos. Las vacaciones son un periodo que favorece las deudas, al perder el control de los gastos en un ambiente de relax y desconexión del día a día. “El síndrome de la VISA” por el cual gastamos inconscientemente con nuestra tarjeta de crédito teniendo una sensación de falsa riqueza, puede ser el principal ingrediente para arruinarnos con las vacaciones.

Se puede disfrutar de las vacaciones sin tener que exprimir la tarjeta de crédito y evitando que las deudas vuelen sin control. Para disfrutar las vacaciones sin deudas necesitamos primero aprender a usar la tarjeta y también aprender a no usarla. Algunos consejos para evitar las deudas en nuestras vacaciones son:

  • Analiza todas las tarjetas que tengas y anula aquellas que tengan un alto tipo de interés. Además, aquellas tarjetas con cuotas de mantenimiento altas no son recomendables. Es mejor anular todas aquellas tarjetas que tengamos con cuotas altas de mantenimiento y con altos tipos de interés.

  • Evita usar aquellas tarjetas que te permiten financiar tus compras durante varios meses. Usa solo aquellas tarjetas que no incentivan la financiación de las compras, ya que al final quien siempre gana es el banco o la financiera que emitió la tarjeta. Y quien siempre pierde eres tú pagando más intereses de los necesarios.

  • Controla diariamente los gastos de la tarjeta. Ahora, la mayoría de los bancos tienen su aplicación móvil donde puedes consultar desde tu móvil todos tus movimientos bancarios de forma cómoda. Consulta con frecuencia durante tu viaje los cargos que estás realizando en tu tarjeta para evitar cargos indebidos y ser consciente de todos los gastos que estás realizando con ella.

  • Utiliza tarjetas que te dan puntos en compra de viajes, ya que es una forma de obtener indirectamente descuentos. Eso sí, usa la tarjeta para compras que no requieran la financiación de las mismas, para evitar pagar intereses innecesarios que no compensan los puntos recibidos por esas compras.

  • Utiliza tarjetas que incluyen un seguro de viaje en la compra de vuelos de avión. Estos seguros son muy útiles y te ahorran tener que gastar en la compra de un seguro de viaje.

  • Evita realizar pequeños pagos con tarjeta. Lo más recomendable es pagar en efectivo, porque nos facilita una mejor gestión de nuestro dinero y un mayor control del mismo.

  • Si estás de vacaciones en el extranjero es mejor pagar con tarjeta que sacar dinero del cajero. En este caso, sí es muy útil la tarjeta. Es recomendable usar tarjetas de débito y no de crédito para pagar, con lo que evitamos sorpresas en el caso de que nos roben o clonen la tarjeta.

  • Para evitar robos, establece un límite diario de extracción de dinero del cajero.

  • Evita financiar las vacaciones con un préstamo o con la tarjeta crédito. Es más fácil y económico planificar las vacaciones con tiempo y buscar vuelos baratos, hoteles baratos y cupones de descuentos, que pagar altos intereses de un préstamo.

  • Lleva siempre dinero en efectivo en el bolsillo, y evita utilizar pagar con tarjeta. En las vacaciones siempre es recomendable guardar parte del dinero en distintas maletas y bolsos, y llevar todos los días el dinero justo para los gastos de ese día. Así, controlarás mejor los gastos y no te endeudarás.

Con estos consejos tendrás unas mejores vacaciones, disfrutarás mejor de tus viajes y huirás de las deudas que pueden amargarte la vuelta de las vacaciones.

 

Seguramente hayas escuchado más de una vez si vives de alquiler, que estás tirando el dinero, que con lo que estás pagando de alquiler estarías pagando una hipoteca, por ese alquiler, al cabo de 15 años podría ser nuestro si fuese la cuota de la hipoteca, alquilar no es invertir, es gastar. Estos suelen ser los argumentos de quienes prefieren destinar el dinero a comprar una casa que a alquilar.

Por lo tanto ¿qué es mejor comprar o alquilar una vivienda?
Hoy en día alquilar un piso es la opción más inteligente. Existe mucha vivienda en el mercado que no se vende y que han pasado a estar en alquiler. Y es que alquilar casa tiene muchas ventajas.

alquiler_vivienda_comprar

A continuación os damos algunas de las razones de por qué es mejor alquilar una vivienda que comprar:
Tener movilidad:
vivir de alquiler nos da libertad para cambiar de ciudad, de país, para aumentar familia, para conocer nuevos sitios en los que vivir, etc.

El alquiler tiene menos riesgo: si compramos una casa (con hipoteca) y nos quedamos sin empleo deberemos afrontar dos problemas: la falta de ingresos y la losa de una hipoteca sobre nuestras espaldas.
El alquiler no da preocupaciones: reparaciones, reuniones de propietarios, impuestos… todo para el propietario y no para el inquilino.

Contratar una hipoteca, supone atarse con el banco: nómina, seguro de hogar, seguro de vida, recibos, planes de pensiones, etc. Todo deberá estar en el nuevo banco. Además, tendrás que contratar productos que seguramente no necesites para que el banco te de la hipoteca.

Es más fácil negociar con nuestro casero una rebaja en el alquiler: que negociar con nuestro banquero una rebaja de la hipoteca.
Disponibilidad de dinero: vivir de alquiler representa una oportunidad de controlar con mayor precisión cuánto dinero hay que destinar a la vivienda.

No se requieren grandes ahorros: para acceder a una vivienda en alquiler no se requiere disponer de grandes ahorros ni de grandes cantidades iniciales de dinero. En el caso de compra se requiere afrontar una entrada.
El alquiler no lleva gastos implícitos: ya que mediante la compra de una vivienda debemos asumir los gastos derivados de abrir una hipoteca, de registrar la vivienda, de pagar las escrituras, de IVA y de otros impuestos.

Implica menos riesgo financiero que vivir en una casa en propiedad: una subida de tipos de interés o una caída en picado de los precios de la vivienda puede provocar una desestabilización en la economía del hogar que no ocurre cuando se vive de alquiler.