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El frigorífico es uno de los electrodomésticos que más gasto consume en la factura de la luz. Debes tener en cuenta que está funcionando las 24 horas del día y requiere una energía importante, esto también puede variar en función de su tamaño y la cantidad de alimentos que conserve.
Además, es conveniente mantener siempre bien limpia y ordenada la nevera, así evitaremos que se estropeen los alimentos. También es importante controlar que la nevera funcione correctamente y que la temperatura sea la adecuada.

 

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A continuación os damos una serie de consejos para saber cómo organizar la nevera y así ahorrar dinero en la factura de la luz y conservar durante más tiempo los alimentos:

En primer lugar, antes de colocar los alimentos en la nevera debemos tener en cuenta cuales son las zonas más frías y más calientes. La zona más caliente (o menos fría) es la puerta del frigorífico. Aquí sólo debes colocar las botellas con bebidas, o los condimentos: salsas, mostazas, etc. La temperatura de los estantes va descendiendo a medida que bajamos de altura. Una forma de ahorrar energía con la nevera es usar las diferentes zonas de temperatura.


El modelo de almacenado más eficiente en la nevera es el siguiente:
La sección superior es la zona menos fría: esta es ideal para conservar alimentos ya cocinados y sobras.
Las verduras deben estar en el cajón especial para verduras: encima de este se encuentra la zona más fría de la nevera. Coloca allí los alimentos perecederos como la carne o el pescado.
Si tienes cajones con distintos grados de humedad, debes organizarlo de la siguiente forma:

Humedad alta: coloca aquí los vegetales que tienden a marchitarse rápido, como son las zanahorias, lechugas espinacas, zanahorias, coliflor, etc.
Humedad media: aquí van los cítricos, melones, sandías y los tomates.
Humedad baja: la fruta y vegetales que tienden a romperse o golpearse y pudrirse como son las uvas, manzanas, peras, etc.
Colocar cada alimento en su compartimento correspondiente: también es importante guardar cada producto por separado, tapado y marcado, para evitar contaminaciones cruzadas.

Selecciona la temperatura óptima: no fijar la temperatura en un valor demasiado bajo. La temperatura óptima de un frigorífico es de 7º Celsius, mientras que la temperatura de un congelador no debe estar por debajo de los -18º Celsius. Puedes controlar fácilmente las temperaturas de la nevera y el congelador mediante el dispositivo que suelen traer los frigoríficos.

Descongelar el frigorífico regularmente: descongelarlo regularmente asegura un constante y eficiente enfriamiento con un consumo moderado. Si en un compartimento hay escarcha, este es el que se enfría primero (en vez de los alimentos), cosa que obliga al frigorífico a realizar un sobresfuerzo para enfriarlo y un consumo mayor de energía. Afortunadamente, muchos modelos nuevos de frigoríficos incorporan un sistema automático de descongelado.

 

Hoy en día la factura de la luz puede suponer un gasto muy importante en la mayoría de los hogares. Debemos tener en cuenta que el 20% de la energía que se consume en España viene de nuestros hogares.

Entre todos los electrodomésticos del hogar el que más consume es el frigorífico, más incluso que la lavadora y televisor juntos. Es importante conocer el reparto del consumo energético que existe en los electrodomésticos del hogar, habitualmente es el siguiente:
Iluminación: 18%
Frigorífico: 20%
Calefacción: 15%
Televisor: 10%
Vitrocerámica o cocina eléctrica: 9%
Lavadora: 8%
Pequeño electrodomésticos como puede ser la plancha: 7%
Horno eléctrico: 4%
Ordenador: 1%
Microondas: 2%

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Estos son algunos consejos para ahorrar energía con los electrodomésticos en el hogar:
Revisar la potencia contratada en el hogar:
en ocasiones disponemos de un contrato de potencia muy por encima de las necesidades del equipamiento del hogar.
Vigila el standby: el consumo que suponen los electrodomésticos que no estamos usando pero que están en modo standby pueden suponer entorno a un 15% del consumo eléctrico de la vivienda, cantidad que nos ahorraríamos si apagamos los aparatos de forma completa. Ya que muchos electrodomésticos consumen energía cuando no los estamos utilizando ya que en lugar de apagarlos los dejamos en modo espera con el piloto encendido.

Tener en cuenta el etiquetado energético en los electrodomésticos: es importante a la hora de comprar un electrodoméstico, hay que elegir el más eficiente. El etiquetado energético nos informa sobre el consumo de energía y otros datos complementarios relativos a cada tipo de aparato a lo largo de su vida. Están identificadas por un código de colores y letras que van desde el color verde y la letra A para los equipos más eficientes hasta el color rojo y la letra G para los equipos menos eficientes. Progresivamente van apareciendo nuevas clases más eficientes, A+, A++ y A+++.

Cargar al máximo el lavavajillas y la lavadora: utilizar el programa adecuado según el grado de suciedad. Además debemos limpiar periódicamente los filtros de agua y vigilar el mantenimiento del lavavajillas y la lavadora para su correcto funcionamiento.
Regular adecuadamente la temperatura del frigorífico y eliminar la escarcha.
Utilizar más el microondas en lugar del horno:
se puede obtener un ahorro superior al 60% ya que el microondas es el electrodoméstico que menos energía emplea en recalentar la comida.

 

Con las continuas subidas de las tarifas de la luz, no queda otra que tomar ciertas medidas de ahorro de energía. Conocer el consumo energético de los habitantes de la vivienda no sólo ayudará a establecer medidas concretas para el ahorro, también permitirá comprobar si la facturación es correcta o si existen problemas en las instalaciones como falsos contactos.

Antes de calcular nuestro consumo de electricidad lo que debemos conocer es que el consumo de energía eléctrica se mide en Kwh.

 

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Un Kilovatio hora (Kwh) es el equivalente a mantener un consumo de potencia de 1000 vatios durante una hora.
El kWh es la unidad de medida que utilizan las empresas eléctricas para cobrar lo que consumen los usuarios y la forma conveniente de expresar un consumo energético, en todos los casos se refiere a la cantidad de energía consumida durante un periodo determinado.

Ahorrar en la factura eléctrica es más sencillo si sabes exactamente en qué electrodomésticos estás gastando más cantidad de energía.
Recuerda que todo electrodoméstico posee una potencia eléctrica asociada cuyas unidades son conocidas como Watts o Vatios, la cual son representados por la letra W (Watts); dicho valor se encuentra indicado por el fabricante usualmente en la etiqueta de datos técnicos que viene pegada en el equipo ó en grabado tipo relieve donde se indica el nombre del fabricante, el modelo y otras características técnicas ubicados ya sea en el reverso; internamente o en partes externas no visibles del equipo.

El consumo de electricidad de una vivienda se puede calcular multiplicando la potencia por el tiempo (consumo eléctrico =potencia * tiempo). El consumo eléctrico se obtiene en kWh (kilowatios hora) si la potencia está en kW y el tiempo medido en horas. Por ejemplo para una nevera normal suele tener una potencia de aproximadamente 250W, encendida durante 24 horas al día, el consumo eléctrico diario sería de 6kWh (correspondiente a 0,25kW * 24 h).

Se puede hacer el mismo cálculo para obtener el consumo de cualquier aparato eléctrico del hogar. Sabiendo esto es muy fácil obtener el coste energético, solo hay que multiplicar por el precio de la energía.
Para saber lo que se paga de factura eléctrica habría que sumar al coste energético otros conceptos como:
El alquiler del contador (si procede).
El término de potencia
Diversos impuestos que se aplican en la factura eléctrica.

Actualmente también existen en la red algunas compañías de energía que ofrecen calculadoras de gasto energético, donde se introducen los parámetros como:
El lugar donde vives
La potencia contratada
La instalación
Equipamiento

Y con estos parámetros realizan una estimación del gasto energético en el hogar.

 

Siempre estamos pensando la mejor manera de ahorrar, y como ya sabemos uno de los principales gastos en el hogar está en la cocina, tanto por el consumo eléctrico de los aparatos eléctricos como por el gasto que supone el realizar la cesta de la compra para poder llenar nuestra despensa. Hay que tener en cuenta que la alimentación es una parte importante de nuestra salud, así que a la hora de ahorrar en la cesta de la compra hay que ser muy cuidadosos.
Estas son algunas recomendaciones para que nuestro gasto en la cocina tanto en la factura de la luz como en la cesta de la compra sea lo más ajustado posible pero sin tener que prescindir de nada.
En cuanto al consumo eléctrico en la cocina:

 

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El microondas además de sacarnos de cualquier apuro, es uno de los aparatos con menor consumo energético de los que puedes usar en tu cocina. Por eso se recomienda el uso del mismo para cocinar ciertos alimentos en lugar de emplear el horno.
En el uso de la vitrocerámica o la cocina de gas, también podemos seguir una serie de trucos para consumir menos energía, como por ejemplo utilizar recipientes más grandes que la zona de cocción y así no desperdiciar calor. También podemos usar tapas para las ollas o sartenes mientras cocinamos, así se cocinará antes.

Si no dispones de lavavajillas puede ser una buena inversión, ya que supone un 40% menos de consumo que si fregamos a mano la vajilla. La mayoría de estos electrodomésticos disponen de un programa económico que también consume menos. Otra recomendación es, poner el lavavajillas siempre lleno para aprovechar cada lavado.
Una parte importante del consumo eléctrico en nuestra cocina lo consumo el frigorífico. Debemos intentar abrir el frigorífico lo menos posible y el menor tiempo posible. Hoy día existen en el mercado los frigoríficos No Frost y con etiquetado energético A+ o A++ que consumen mucho menos que los normales.

En cuanto al ahorro en la cesta de la compra, se puede ahorrar y comer bien si seguimos esta serie de recomendaciones:

La primera recomendación es adquirir productos de marcas blancas, siempre que estas mantengan las propiedades nutricionales del alimento.
Elegir productos de temporada, siempre resulta mucho más económico a la hora de adquirir productos frescos que estos sean de temporada.

Otro truco sencillo es el prescindir de la compra de refrescos, siempre podemos añadir al agua un poco de limón o cualquier otro zumo de frutaUna buena técnica en el ahorro de la comida es, cocinar nosotros mismos en casa, hoy día existen multitud de páginas en la red donde poder consultar recetas de cocina.

Algo fundamental para el ahorro de comida aunque parezca obvio es no tirar la comida, siempre podemos congelar la comida que nos sobre o aprovecharla para realizar otro plato diferente al día siguiente.
Por último, es importante mantener nuestra despensa ordenada, debemos fijarnos en las fechas de caducidad y poner siempre más a mano lo que vaya a caducar próximamente.