Todos los años en la época navideña además de los preparativos festivos de fin de año también surge la necesidad de pensar en la declaración de la renta o IRPF. ¿Por qué? Pues sencillamente porque los últimos días del año son la última oportunidad para tomar decisiones para ahorrar en la declaración de la renta. Para reducir lo máximo posible el importe a pagar en este impuesto es imprescindible ser previsor y decidir qué hacer antes de que acabe el año. Una vez que acaba el año ya poco se puede hacer para reducir la factura fiscal.
En los últimos años se han limitado las posibilidades de reducir el pago de la declaración de la renta con reducciones o deducciones. Por esto, es más importante que nunca ser previsor y planificar muy bien el impuesto del IRPF para no pagar de más y aprovechar todas las posibilidades para optimizarlo.
A la hora de poder analizar cómo podemos ahorrar en la declaración de la renta tenemos que tener en cuenta las siguientes reducciones y deducciones:
– Vivienda habitual.
Para viviendas adquiridas con préstamo hipotecario antes del año 2013 la deducción es del15% de las cantidades de éste (capital e intereses) en la declaración de la renta. El límite máximo dónde se aplica la deducción es de 9.040€.
En el caso de alquiler de vivienda habitual también ha deducciones estatales y autonómicas.
– Creación de empresas
Una de las novedades en los últimos años es el beneficio fiscal por invertir en empresas de nueva creación como socio capitalista. Esta deducción ascienda al 20% de las cantidades invertidas con un máximo de 50.000€.
– Compensación de beneficios y pérdidas patrimoniales
Cuando se producen ganancias patrimoniales (por ejemplo, por la venta de acciones en bolsa o por la venta de un piso) se pueden compensar con pérdidas. Una práctica para compensar beneficios y pérdidas patrimoniales consiste en vender acciones que tienen pérdidas latentes y que no es probable que recuperemos la inversión a medio plazo. En este caso, al vender las acciones y perder dinero, estas pérdidas las podemos compensar con las ganancias por la venta de otras acciones, de un piso u otro activo que tengamos.
– Planes de pensiones.
Se han convertido en un clásico para ahorrar en el IRPF. Los planes de pensiones tienen una reducción directa en la base imponible del impuesto. Las limitaciones se centran en la aportación máxima con derecho a deducción, que es de 8.000€ o el 30% de los rendimientos netos del trabajo y actividades económicas. Si se supera estos límites, existe la posibilidad de transferirlo al cónyuge si posee unos rendimientos del trabajo inferior a 8.000€.
– Donaciones.
Finalmente, en los últimos años ha mejorado la fiscalidad de las donaciones a entidades sin ánimo de lucro. Por ejemplo, en el caso de que el contribuyente haya realizado una donación de un importe igual o menor a 150 euros anuales a una entidad sin fines lucrativos, se le aplicará una deducción del 50% sobre la cuantía que haya donado.