«Si algo puede salir mal, probablemente saldrá mal» es la frase que resume el enunciado de la conocida como “Ley de Murphy”. Esta actitud pesimista es muy conocida y utilizada en distintas situaciones como, por ejemplo:
 
    – Una vez que un trabajo está dañado, cualquier intento para solucionarlo lo empeora.
    – La tostada de pan siempre cae por el lado de la mantequilla.
    – Todo lo que pueda salir mal saldrá mal, y en el peor momento posible, y de la peor manera posible.
 
Sin lugar a dudas la Ley de Murphy es el máximo exponente de enfatizar lo negativo de cualquier situación en cualquier ámbito. Otros enunciados o “leyes”, quizás menos conocidos, y similares a la Ley de Murphy son: la cuarta ley de la termodinámica; la cuarta ley de movimiento de Newton; el Midas Inverso Touch, etc.
 
Pero, ¿cuál es el origen de la Ley de Murphy? Hay que volar al año 1949 para conocer los inicios de esta frase cuando el capitán Edward A. Murphy, un ingeniero aeroespacial estadounidense, realizó estudios sobre la desaceleración de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. Durante los experimentos, en los que tuvo una relación poco cordial con otros miembros del equipo de investigación de la Fuerza Aérea, señaló que, si las cosas se podían hacer incorrectamente, se harían. En entrevistas posteriores, varios miembros del equipo han declarado que se referían a este enfoque como ‘Ley de Murphy’. La expresión se recogió por escrito en el libro de Anne Roe The Making of a Scientist, de 1952:
 
    «Hubo una serie de incidentes particularmente deliciosos. Hay, por ejemplo, el físico que me presentó a una de mis» leyes «favoritas, que describió como» la ley de Murphy o la cuarta ley de la termodinámica que dice: ‘Si algo puede salir mal, probablemente saldrá mal’ «.
 

 
Teniendo en cuenta la Ley de Murphy, ¿no tendría sentido protegernos? Tanto nuestra vida diaria, como las empresas y toda actividad tendría que estar protegida ante el enunciado de la Ley de Murphy.   
 
¿Cómo se puede reducir el impacto de los riesgos que nos rodean? Los seguros nos ayudan a protegernos de la famosa frase de «Si algo puede salir mal, probablemente saldrá mal».
 
¿Qué ocurres si hay un incendio en mi vivienda? ¿y si tengo un accidente en la calle? ¿qué sucede ante el fallecimiento de un familiar cercano? ¿cómo actúo ante una reclamación de un tercero? ¿cómo afronto la reparación de una avería en mi comercio? ¿y qué hago ante un accidente con mi coche? La mayoría de nosotros no esperamos lo peor, y Murphy no lo aprueba. La realidad es que tenemos que enfrentarnos a muchos riesgos y para evitar que salga todo mal es muy recomendable tener contratados seguros.

Los seguros ofrecen cada vez más soluciones. La tendencia actual es que los seguros están evolucionando hacia una prestación de servicios quedando la indemnización en muchos casos en un segundo plano. Los seguros de hogar, los seguros de coche o los seguros de decesos se centran cada vez más en solucionar problemas y gestionar servicios y reparaciones que en simplemente indemnizar al asegurado o beneficiario. Por eso es muy importante leer bien las cláusulas y coberturas de un seguro en el momento de su contratación, para poder conocer en profundidad cómo nos puede ayudar y proteger en esos momentos que le gustan tanto a Murphy.

Entonces, haz feliz a Murphy. ¡Piensa en protegerte hoy!