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Podemos definir a la Banca Ética como todas aquellas entidades que ofrecen productos financieros cuyo objetivo es crear una utilidad de carácter social, para ir más allá de la búsqueda del beneficio económico. Este objetivo social hace referencia a la rentabilidad social del capital invertido y a la responsabilidad social del inversor.
La denominación más habitual para este tipo identidades financieras es la  Banca ética, se trata de un nombre controvertido, ya que la denominación de Banca ética, nos hace entender que la banca tradicional, actúa en contra de la ética.

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En España existen diferentes iniciativas de Banca Ética y todas ellas tienen como característica rectora la transparencia, la financiación de proyectos con impacto social y medioambiental positivos y la no intervención en actividades especulativas, aunque difieren en la forma de toma de decisiones y en el grado de vinculación y participación de las personas.

Se trata de una alternativa a la banca tradicional que opera con un único objetivo, el económico. La Banca Ética hace compatible la rentabilidad económica con el respeto de los derechos humanos y el medio ambiente.
Además invierte únicamente en proyectos con valor añadido para la sociedad desde el punto de vista social, medioambiental, cultural, educativo, etc. facilitando a sus clientes que puedan saber dónde se invierten sus ahorros.

¿Cómo nace la banca ética?
Banca Ética nace para poner en práctica la idea de un banco colaborador como punto de encuentro entre los ahorradores que comparten la exigencia de una más que consciente y responsable gestión de su dinero y la iniciativa socio-económica que se inspira en los principios de un modelo de desarrollo humano y social sostenible.

Principios en los que se basa la banca ética:
Los principios que han llevado a la creación de Banca Ética, y que diferencian y caracterizan su actividad cotidiana son:
El crédito, en todas sus formas, es un derecho humano.
Los ahorradores tienen derecho a conocer cómo se está utilizando y destinando su dinero, a qué proyectos, empresas o ideas está financiando.
Los recursos económicos deben crear una utilidad social: creando empleo, ayudando a la inserción sociolaboral de personas excluidas, apoyando procesos productivos limpios… etc.

La eficiencia y la sobriedad son componentes de la responsabilidad ética.
Las entidades financieras que promuevan fórmulas financieras alternativas no deben centrarse únicamente en la recuperación de las cantidades prestadas o invertidas, sino también realizar labores de apoyo en la medida de sus posibilidades.
Los recursos económicos deben invertirse en proyectos viables, de manera que no se incurra en pérdidas que defrauden las expectativas de los/as ahorradores/as o mermen la capacidad de reutilización de tales recursos.

Tipos de productos bancarios que ofrece la banca ética de contenido social son:
Las libretas de ahorro solidario
Las tarjetas de crédito solidarias
Los bonos solidarios
Los préstamos solidarios
Los fondos de inversión solidarios.

También se incluye el microcrédito, ya que pertenece al ámbito de los instrumentos financieros de carácter social aunque, se ofrezca también como producto dentro de la banca tradicional.