Una de las mejores formas de poder proteger el nivel económico de aquellas personas que más queremos es contratando un seguro de vida.
Un seguro de vida permite a quienes lo hayan contratado, la protección de aquellas personas que tengan a su cargo. La finalidad de un seguro de vida es ofrecer una indemnización a los beneficiarios legales de la póliza en el caso del fallecimiento del asegurado o tomador del seguro.
Así, en el caso de un fallecimiento o incapacidad, gracias al capital asegurado, con un seguro de vida puedes proteger a tu familia o a ti mismo y tener la tranquilidad de poder hacer frente a los gastos habituales de la vida diaria.
Si ya te has decidido a contratar un seguro de vida, debes saber que existen 5 claves para elegir adecuadamente un seguro de vida.
Conocer los diferentes tipos de seguros de vida: este resulta un punto fundamental, ya que existen en el mercado diferentes productos y que si no conocemos desde un principio las diferencias entre ellos puede llevarnos a elegir el menos adecuado. Los principales seguros de vida que existen en el mercado son:
Seguros de fallecimiento, también denominados seguros de riesgo. Este tipo de seguros permite que en el caso de fallecimiento del asegurado, los beneficiarios puedan cobrar el capital asegurado.
Seguros de supervivencia, en ocasiones también se denominan seguros de ahorro. Este tipo de seguro garantiza el pago del capital asegurado a los beneficiarios designados en la póliza en el caso de que el asegurado aún viva una vez que haya finalizado el seguro.
Seguros mixtos, éstos garantizan el pago del capital en caso de fallecimiento del asegurado o en el caso de que este aún viva una vez finalice el contrato del seguro.
Seguros de decesos: también podemos encontrarnos con este tipo de seguros que cubre los gastos derivados del entierro del asegurado.
El capital asegurado: una de las características principales de los seguros de vida es el pago de una indemnización y que depende del fallecimiento o supervivencia del asegurado, esta indemnización se denomina capital asegurado. En este aspecto debemos tener muy claro tres conceptos, el asegurado que es la persona de cuya vida depende el pago del capital, el tomador del seguro que será quien contrata y paga la prima y que puede ser el mismo que el asegurado, y por último está el beneficiario, que será quien percibirá la indemnización en caso de fallecimiento del asegurado.
Elegir las coberturas adecuadas: cada compañía aseguradora puede ofrecer diferentes coberturas, e incluso las hay que nos permiten elegir entre diferentes garantías y añadir otras complementarias. Debemos meditar este apartado detenidamente para elegir la más adecuada a nuestras necesidades y circunstancias.
Comparar precios en las diferentes compañías aseguradoras: los precios pueden variar entre las aseguradoras, es decir, el mismo producto lo podemos encontrar con diferentes precios en distintas compañías. Para poder agilizar esta tarea de comparación podemos utilizar las herramientas de comparación de seguros que existen actualmente en Internet. También podemos calcular el precio de nuestro seguro a través de las herramientas que ofrecen las aseguradoras en su página web, es el caso de Expertia Seguros, que ofrece una herramienta de cálculo de la prima de tu seguro.
Carencias y/o franquicias: existen compañías aseguradoras que pueden incluir en los seguros de vida algún tipo de carencias, es decir, puede que algunas coberturas no cubran a determinadas personas en determinadas circunstancias. Este aspecto debemos tenerlo muy en cuenta antes de firmar la póliza para no llevar posteriormente ninguna sorpresa.
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