Cuando comienza a apretar el frío es inevitable enchufar la calefacción en casa para poder estar a gusto, sin embargo de nuestros hábitos va depender el coste de la factura del gas pueda ser más o menos moderada.
Además hoy en día, con las continuas subidas del precio del gas, mantener la casa caliente en invierno se está convirtiendo en un verdadero lujo.
El uso intensivo de la calefacción durante estos meses de frío hace que muchas familias tengan que apretarse el cinturón para poder calentar los hogares en los duros meses de invierno.
El consumidor que quiera ahorrar en la factura del gas deberá conocer primero que este suministro se mide en metros cúbicos (m3), pero la compañía lo convertirá en kilovatios hora (kWh) y conllevará un precio de ese kWh que será lo que pagará en la factura del gas natural.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) asegura que para ahorrar en la factura del gas basta con cambiar de hábitos de consumo a otros más racionales.
Estos son algunos consejos para conseguir que la calefacción sea más eficiente así poder ahorrar en la factura del gas:
Purgar los radiadores: purgar o sacar el aire a los radiadores es necesario al menos una vez al año, cada vez que comienza el invierno, ya que suelen acumular pequeñas burbujas de aire que impiden el paso del calor y, por tanto, no calientan con toda la potencia necesaria.
Mantener una temperatura constante y moderada: conviene tener la calefacción entre 18 y 21ºC durante el día, suficiente para estar a gusto y no gastar excesivamente. Ten en cuenta que cada grado de más que subas va a incrementar el gasto en un 8%, aproximadamente. Por ello te puede ser útil instalar un termostato que te ayude a regular la temperatura de forma automática, sin tener que estar todo el rato encendiendo y apagando. Visita nuestro artículo Cómo optimizar la calefacción para conocer más detalles.
Evitar calentar las habitaciones que no uses: no calientes las habitaciones vacías. Para no derrochar en consumo cierra la llave de los radiadores de las habitaciones que no utilices, si no lo haces aumentarás tu gasto de forma innecesaria.
Revisar el aislamiento de la casa: entre el 25 y el 30% de las necesidades de calefacción de un hogar se deben a pérdidas de calor que se originan en las ventanas, según los datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE). Por ello, es necesario comprobar que la vivienda cuenta con sistemas de aislamiento adecuados que no dejen entrar el frío.
Busca un comparador de servicios de energía: podrás comprobar cómo varían los precios de unas compañías a otras, y decidirte por la que más te convenza para ahorrar en la factura del gas. Puedes usar por ejemplo el comparador online que ofrece la Comisión Nacional de la Energía.
Mantenimiento y revisión de la caldera adecuada: si está sucia aumentará el consumo de energía. Además, al principio de cada temporada invernal hay que purgar los radiadores, dejando que salga todo el aire que tengan hasta que empiece a salir agua caliente.