Hoy en día estamos expuestos a sufrir cualquier tipo de accidente ya sea en la calle, en el hogar, en el trabajo, etc. y que pueden producirnos lesiones leves, incapacidad permanente, temporal o incluso producirnos la muerte. En este sentido, los accidentes son episodios que no se pueden prever y que pueden ocurrir en cualquier momento.
Es por eso que es bastante recomendable tener contratado un seguro de accidentes y así tener la tranquilidad de estar cubiertos ante cualquier problema que pueda surgirnos derivado de un accidente. Además la contratación de un seguro de accidentes suele estar al alcance de cualquier persona, ya que su prima no suele ser muy elevada.
El principal objetivo de un seguro de accidentes personales es la prestación de indemnizaciones en caso de accidentes que puedan provocar la muerte o incapacidad del asegurado.
Un seguro de accidentes personales está especialmente indicado para aquellas personas que necesitan cubrir los riesgos derivados de un accidente corporal, que pueda causarle lesiones, ya sean permanentes o temporales o fallecimiento.
En este sentido, los accidentes más frecuentes que se suelen sufrir son:
Caídas
Choques y Colisiones
Cortes
Objetos extraños
Daño muscular por sobreesfuerzo
Quemaduras
Mordeduras y picaduras
Heridas punzo cortantes
Envenenamientos
En cuanto, los principales accidentes que suelen estar cubiertos por las pólizas de seguros de accidentes son:
Asfixia o lesiones producidas a consecuencia de gases o vapores, inmersión o sumersión, o por ingestión de materias líquidas o sólidas no alimenticias.
Infecciones derivadas de un accidente cubierto por la póliza.
Las lesiones que sean consecuencia de intervenciones quirúrgicas o tratamientos médicos motivados por un accidente cubierto por la póliza.
Las lesiones sufridas a consecuencia de legítima defensa.
A la hora de contratar un seguro de accidentes hay que tener muy en cuenta las coberturas que necesitamos, sólo así podremos buscar el seguro adecuado. En este sentido, las principales coberturas cubiertas son:
Muerte: se pagará en 100 % del capital asegurado en la paliza si se produce el fallecimiento del asegurado.
Invalidez permanente.
Absoluta y total: se pagará 100 % del capital si se produce una incapacidad absoluta y total.
Parcial: se pagará la perdida de algunos miembros o la disminución funcional de los mismos, que sin constituir una invalidez total, representen una merma física permanente.
Incapacidad temporal: se pacta el pago de una cantidad diaria por estar de baja y no poder trabajar. Como norma general el máximo será de un año, pero hay aseguradoras que amplían este límite temporal.