Debido a la crisis económica son muchos los españoles que nos hemos dado cuenta de que hay que conservar el coche lo máximo posible. Ahora toca tener el mismo coche al menos durante 10 años y si puede ser más, mejor.
Lo primero que debes saber es que usar el coche resulta muy caro, y solo deberíamos cogerlo cuando sea estrictamente necesario.
Cada vez que cogemos el coche se disparan diversos gastos: coste de la gasolina, mantenimiento, seguro, averías, pérdida de valor constante del coche… Una buena opción es siempre que puedas, usar el transporte público o incluso la bicicleta.

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Uno de los gastos más importantes de mantener un coche son los gastos de mantenimiento y reparaciones. Lo ideal para ahorrar sería hacer las tareas de mantenimiento del coche más sencillas nosotros mismos y evitar tener que ir a un garaje y pagar por los mantenimientos y reparaciones.

Estas son algunas reparaciones que no son complicadas y que puedes realizar tú mismo sin necesidad de grandes conocimientos ni herramientas, además nos permitirán ahorrar mucho dinero:

Cambiar el aceite del coche: cambiar el aceite es una tarea bastante sencilla y primordial para el coche. El buen estado del aceite es esencial para la lubricación del motor e influye decisivamente en su duración. Primero debes examinar el manual de instrucciones de tu coche para saber cada cuántos kilómetros está recomendado cambiarlo. Identifica el tipo de aceite, cantidad que hay que echar y el filtro de aceite que monta tu coche.

Cambiar una rueda del coche: esta es una operación realmente sencilla. Si la tienes incluida en tu seguro o tienes contratada la asistencia en carretera, úsala, pero si no es tu caso, cambiar una rueda es algo bastante sencillo. Lo primero es quitar el tapacubos y embellecedores y usar la llave para aflojar las tuercas. Acto seguido usaremos el gato para elevar la rueda del coche a cambiar teniendo mucho cuidado de anclar bien el gato al chasis y no dañar así la carrocería.

Cambiar el filtro del aire del coche: cambiar el filtro del aire es otra de las tareas más sencillas que hay. Una vez más, hay que acudir al manual del coche para saber cuándo debemos cambiarlo y qué filtro del aire tenemos que comprar exactamente.

Cambiar la batería del coche: antes de nada, comprueba que el problema no sea que la batería se ha descargado. A veces con unas pinzas de batería o directamente arrancando el coche en movimiento, podemos recargar la batería y seguir utilizándola.

Es muy importante comprar la batería que indica el fabricante para tu coche, así que asegúrate de que te llevas la batería correcta usando el manual de instrucciones de tu coche o con las tablas que encontrarás en la tienda.

Cambiar los líquidos del coche: cambiar los líquidos es algo tan sencillo como saber dónde mirar y comprobar si el líquido está en los niveles deseados. El anticongelante es el que se encarga de refrigerar el motor y es importante que haya suficiente cantidad. Para reponerlo basta con quitar el tapón y llenarlo y solo hay que tener en cuenta que no se debe hacer con el coche en caliente.

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