Los robots han llegado para quedarse y cada vez están más lejos de aquellas imágenes que nos dejaron el cine y los cómics y más cerca de la realidad cotidiana que vivimos. La robotización de las fábricas se está trasladando a que la creciente presencia de nuevos robots en nuestras casas: como juguetes, para limpiar, para cocinar, … Los robots pueden llegar a ser algún día no muy lejano un miembro más de la familia. Ante estos avances tecnológicos tan asombrosos se puede llegar a preguntar si los robtos tendrán que tener contratados seguros de forma obligatoria.

En el año 2015, dentro de la Unión Europea, surgió un grupo de trabajo cuya finalidad fue estudiar y analizar un posible marco legal aplicable a la Inteligencia Artificial y a la robótica. Y es ahora es cuando la UE ha confirmado que impondrá un seguro de carácter obligatorio para los robots.
Para muchos, debido a la falta de información, esto podría llegar a sonar de forma exagerada. Sin embargo, alejándonos de las imágenes expuestas por películas de ciencia ficción, el futuro ya está aquí y desde hace bastante.

Actualmente, de una forma u otra, interaccionamos con inteligencias artificiales en nuestro día a día. Además, un gran número de puestos de trabajo se han reducido por la introducción de la robótica en el entorno laboral y se estima que en un futuro esta situación vaya a más.
A este hecho también hay que sumarle un acontecimiento ocurrido en una planta de Volkswagen en Alemania donde, por accidente un robot acabó con la vida de un hombre que se encontraba dentro de un coche. Sí, estamos hablando del hecho de que un robot fue el responsable del homicidio de una persona humana.

Entonces, si estas situaciones pueden darse, ¿quién tiene la culpa de que esto ocurra? No hay que olvidar que los robots ya están comportándose como trabajadores no son solo un soporte de ayuda para el trabajo humano.
 La Unión Europea, como se ha mencionado anteriormente, está en el proceso de un Informe de Recomendaciones (2015/2103 de 31 de mayo de 2016) sobre las normas de Derecho Civil sobre robótica, en donde determina ciertas pautas sobre las responsabilidades civiles del uso de robots en espacios de trabajo.

En resumidas cuentas, este informe si afirma la necesidad de que las inteligencias artificiales dispongan de un seguro obligatorio por los daños que puedan causar.

Independientemente de que esto vaya a generarse o no, la verdadera pregunta es si esta decisión se encuentra dentro de un marco ético o no. Realmente, esta cuestión está presente en prácticamente cualquier temática relacionada con la robótica.

Y esto último, ¿a qué se debe? A que una acción incorrecta realizada por una inteligencia artificial puede tener su origen en un mal diseño estructural, en una mala programación de las acciones.

Sin embargo, en el momento en el que se habla no de un aparato electrodoméstico sino de coches autónomos y maquinarias que se están desarrollando para elaborar tareas completamente humanas, es probable que haya que empezar a ir regulando un orden y una ley que diferencie un accidente en el trabajo de los vehículos de Uber de que se estropee la Thermomix.

Volviendo a la pregunta principal: ¿tendrán los robots que tener seguros de obligación?

Pues a lo mejor es un buen punto de partida para que todas las empresas que se están adaptando a estos cambios tecnológicos propios de la Cuarta Revolución Industrial piensen si realmente ellos como trabajadores han generado un producto realmente defectuoso capaz de acabar con una vida humana hay que ofrecerle ciertas responsabilidades a los robots al igual que se hace con las personas.

Por muy disparatado que pueda sonarle esto a muchos, este tema merece un debate inteligente y una puesta en común, porque, en cuestión de años, la interacción y la visibilidad de los robots, estará mucho más presente que hoy en día y a todos nos conviene que se mantengan dentro del marco de la legalidad.

No hay que olvidar que no se está hablando de que coticen a la Seguridad Social o puedan tener un plan de pensiones para su jubilación –aunque no dudéis de que estas cuestiones se puedan llegar a estar barajando- sino de comenzar a asfaltar un camino que permita que el día de mañana, cuando se disponga de inteligencias artificiales mucho más desarrolladas y autónomas, estos robots se guíen por las leyes de la robótica de Isaac Asimov. 
 

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